Mascarilla Socola Mini

Desde la antigüedad, el cacao ha sido venerado por sus propiedades curativas y nutricionales. Más allá de su delicioso sabor, este tesoro natural esconde un secreto para la belleza: sus bondades para la piel.

Rico en antioxidantes, vitaminas y minerales, el cacao se convierte en un aliado invaluable para lograr una piel sana y radiante. Sus propiedades hidratantes, nutritivas, antiedad y calmantes lo convierten en un ingrediente ideal para incorporar en rutinas de cuidado facial, ofreciendo resultados visibles y duraderos.

– Hidratación profunda: La manteca de cacao, uno de sus componentes principales, es un excelente hidratante natural que penetra profundamente en las capas de la piel, proporcionando una hidratación duradera y combatiendo la sequedad.

– Nutrición y revitalización: El cacao es rico en vitaminas A, B, E y minerales como el hierro, el magnesio y el zinc, esenciales para mantener la piel nutrida, revitalizada y protegida contra los radicales libres.

– Efecto antiedad: Los antioxidantes presentes en el cacao combaten el daño celular causado por los radicales libres, previniendo el envejecimiento prematuro, la aparición de arrugas y líneas finas, y mejorando la elasticidad de la piel.

– Calma y protección: El cacao posee propiedades antiinflamatorias que ayudan a calmar la piel irritada, reducir el enrojecimiento y combatir el acné. Además, forma una barrera protectora que ayuda a la piel a defenderse de los agentes externos como la contaminación y los rayos UV.

– Suavidad y luminosidad: El cacao promueve la renovación celular, dejando la piel suave, tersa y con un tono uniforme y luminoso.

– Para todos los tipos de piel: El cacao es un ingrediente versátil que puede ser utilizado por todo tipo de piel, incluso las más sensibles. Ideal para todo tipo de piel, especialmente para pieles secas, sensibles o con tendencia al acné o con estrías.